martes, 27 de agosto de 2013

Mejillones en escabeche

Para el cumple de mi madre decidí hacer una crema de zanahoria, un hojaldre de verduras y beicon y estos mejillones en escabeche. Es una receta muy fácil de hacer, muy rápida y bastante barata, y el resultado es muy bueno :)




· INGREDIENTES:

- 1 malla de mejillones (o 250 gr congelados que vienen ya limpios y cocidos)
- 2 hojas de laurel
- 3 dientes de ajo
- 100 ml de aceite de oliva
- 100 ml de vinagre de vino blanco
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 cucharaditas de pimentón dulce (a mí me gusta usar el de La Vera)


· PROCEDIMIENTO:


Yo compré la malla de mejillones en la pescadería, así que me tocó limpiarlas, cocerlas y luego hacerle el aliño, que no se tarda mucho. Si los compras congelados tardas 10 minutos o menos en hacerlos.

Bueno, para los que compren los mejillones con sus conchas:

Primero se lavan bien las conchas y se le quitan las barbas que sobresalgan. Luego las ponemos en un cazon con un vaso de vino blanco. 


Las tapamos y las dejamos cocer a fuego medio hasta que comiencen a abrirse. Una vez abiertas es que ya están cocidas, tardan poquito. Las quitamos del fuego y las escurrimos.


                              Quitamos los mejillones de dentro de las conchas y los reservamos.

Ahora empezamos con el escabeche. Si usas los mejillones ya cocidos y limpios (congelados), los dejas un rato que se descongelen.

Calienta en un cazo pequeño el aceite y echa los ajos en trocitos muy pequeños (yo uso un picador de ajos),
que esté a fuego bajo porque si los ajos se queman amargarán el escabeche. Cuando empiecen a dorarse ligeramente, añadimos el laurel junto al pimentón dulce, lo removemos un ratito para que se caliente (si se quema el pimentón también amargará, no te pases). Echamos rápidamente el vinagre, lo calentamos un poquito junto a lo anterior, lo removemos y lo quitamos del fuego.



En un recipiente pequeño de cristal echamos los mejillones 


y sobre ellos echamos el escabeche caliente.


Lo dejamos enfriar a temperatura ambiente y ya están listos para comerlos o, si los prefieres fríos, puedes meterlos un poquito en el frigorífico.



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